Mundos paralelos

Qué difícil es mirar la paja en el ojo ajeno cuando al final, todos nos arropamos con la misma sábana.

Es como escupir hacia arriba.

Vivir bajo un sistema globalizador, donde la intolerancia, la vanidad, la prepotencia, por nombrar algunos, son baluartes del desarrollo competitivo del ser humano, ataña a todos. A los gobernantes, a los gobernados, a los informantes y a los informados, a una sociedad total, rígida y hueca, que olvidó dónde inicia el problema real del mundo: la falta de amor al prójimo.

¿Qué sucedería si tratáramos a los demás como quisiéramos que nos traten? Un planteamiento que un brillante y loco Jesús para su época (y para ahora también, creo) dejo palpitando en los corazones humanos.

¿Quién tiene las manos limpias para acusar al otro? ¿Quién es referente de de una sociedad diferente para tirar la primera piedra? Entremos al subterfugio del Gobierno, el Municipio de Guayaquil y el Mayor Diario Nacional y analicemos sus posiciones.

Intolerancia: Correa y sus amigos, el círculo de confianza de Acuerdo País, bajan el pulgar a cualquiera que no comulga con sus ideas. Eso está resquebrajando los nexos con quienes formaron Alianza País, y Movimiento PAIS, una evolución política que reniega de sus raíces.
En el Municipio, solo los socialcristianos tienen voz y voto. El único concejal de tienda cambiada y verde limón, aparece siempre al final de la cola. No se lo toma en cuenta y aparta, No hay espacio a la crítica.

En el periódico, donde trabajé por tres años, sucede algo parecido. Hace poco el único articulista que expresaba una tendencia ideológica distinta a la línea editorial, salió de circulación. El pluralismo se fue al carajo! No hay espacio para la reflexión y autocrítica.

Vanidad: Correa es amo y señor del Universo. Tiene la última palabra en todo. Decide para el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el sistema financiero, la gratuidad universitaria, el aumento de pasajes, un todólogo a tiempo completo.

Nebot es su símil pero con 12 años más de experiencia. El decide todo en Guayaquil, es la única voz autorizada, no consulta con nadie, no pide ayuda de nadie. Oh ¿qué sería de la ciudad sin este ser iluminado?

En mi ex trabajo, existe una editora con similares características. Solo ve su beneficio personal. Si es de alabarte, lo hace, pero se lleva tu crédito. Si no, te destruye. Pisotea a los demás, No le interesa pasar por encima del pobre empleado con tal de demostrar su poder empastillado. Hasta pena me da, ya que con ese corazón negro, comunicó a muchos en la ciudad hecha radio y ahora se dedica a pregonar libros de Narcisita de Jesús.

Prepotencia: Majadera, gordita horrorosa, vieja pelucona, loca, etc, etc, etc. Al presidente le encantan los apelativos. Muestra arrogancia, no rehúye a una pelea, es más, la enciende.

Ni que hablar de Nebot. La regalada gana de Abdalá es un chiste al lado de este señor. ¿Será que alguna vez, me pregunto, escuchará a los informales? No primero palo, luego, veremos.

A ese club se une el editor en jefe del periódico en mención. Todopoderoso de su terruño, pero sin chispa de lo que es un líder. Nunca reveló la interfaz de sus periodistas. Recuerdo que la única vez que citó a su oficina a todos los “juniors” como despectivamente nos dicen, fue para retarnos como a hijo. Uno a uno pasó su dedo acusador a cada ser explotado, temeroso por perder su migaja de salario. No me tocó a mí, pero clavó en mi pecho la ira de la desobediencia. ¿Para informar y educar a un país, no es necesario comenzar por casa?

Son visiones de suertes distintas, pero similares en su accionar. Mundos paralelos de antivalores, Que no dudan mirar la paja en el ojo ajeno cuando al final, todos nos arropamos con la misma sábana.

¿Estos son nuestros referentes de administración y opinión pública? ¿A quién le creemos entonces, a quién seguimos como ejemplo?

A mí no me miren porque soy igual o peor que ellos…
No saben cómo me divertí escribiendo este post

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