El arte de hacer dinero

2 comentarios marzo 30, 2009
Inspirado en la historia del Rey Midas que todo lo que tocaba se convertía en oro, por siglos el hombre ha buscado la fórmula ideal de obtener un gran número de riquezas que satisfaga sus necesidades básicas y gustos excéntricos. El arte de hacerse rico, la crematística, como lo llamó Aristóteles hace siglos, fue comprendido por muchos que con ingenio, destreza y suerte consiguieron su objetivo, volviendo la fábula en realidad, o por lo menos, adaptándola a nuestros tiempos.

Fueron los banqueros y empresarios, los aprendices de la técnica administrativa descubierta en la antigüedad. Con la llegada de la industrialización y la globalización tecnológica, el manejo de las corporaciones abarrotó más de las ¾ partes del capital financiero en el mundo, superando concretes los PIB anuales de países o estados completos, en su mayoría latinoamericanos o africanos.

Su facilidad para producir ganancias hizo que muchos de los pocos afortunados les confiáramos nuestros ingresos con la esperanza de aprender su fórmula mágica, o por lo menos, asegurar los contados dólares bajo el colchón de millones que los bancos poseen como respaldo. Así, alrededor del planeta, el libre mercado de capitales, el crédito desmesurado y una política económica confiable con el aval del Estado estructuró un sistema financiero capaz de revivir los sueños de riqueza del hombre, amparados en los ejemplos de unos cuántos que alcanzaron la gloria. Era ahorrar y endeudarse la lección a seguir.

Pero de repente todo se esfumó. El colapso bancario en EE.UU. destruyó los sueños de miles que vieron desaparecer sus esfuerzos de toda una vida. Un manejo irresponsable de fondos sumado a la especulación de valores acarreó un problema de proporciones mundiales. Ecuador también sintió la crisis, y maneja por el efecto dominó un déficit presupuestario que no termina de subsanar.

¿Qué pasó? ¿Los expertos en crear verdes perdieron el norte? ¿Se acabó la maquinita de hacer dinero? Creo que ninguna de las dos. Ellos mantienen el secreto para seguir regordeando sus arcas. Dos salvatajes bancarios por parte del gobierno estadounidense mantiene a flote las empresas devastados, con jugosas indemnizaciones a los principales de cada institución, responsables directos de la debacle económica.

Lo que pasa actualmente en el planeta, el sabio filósofo de la antigüedad lo predijo hace siglos, cuando supo separar el arte de hacer dinero, de la llamada economía. Según Aristóteles, la acumulación de dinero por dinero es una actividad contra natura que deshumaniza a aquellos que a ella se libran, mientras la economía es la administración de recursos para satisfacer necesidades.

Si hubiésemos entendido tiempo atrás la base fundamental de la economía y su adecuado ejercicio como tal, no estaríamos atados ahora de pies y manos. Nuestro error fue confiar la economía en quienes no la practican. La maldita sed de oro, como Karl Marx retoma en su obra El Capital los conceptos aristotélicos, acabó siendo el principal obstáculo para el desarrollo del hombre, hoy fustigado por la merma de su capacidad de adquisición, y esperanzado en el accionar de un Estado absorto y desencajado. Así como Midas, apostamos a convertirlo todo en oro, pero luego, paradójicamente, terminamos sin nada para comer.
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Hablando de la SIP...

0 comentarios marzo 27, 2009
Me causó sorpresa ver hoy en El Universo la reproducción completa de un artículo del ABC color de Paraguay, donde despotrica contra ¿Lugo? ¡No! nada más y nada menos que contra el presidente Rafael Correa. Admiración no de lo que se acusa al primer mandatario (la historia del hostigamiento a la libertad de expresión) sino de dónde viene la crítica y el sentido muy parecido a la opinión de los periodistas ecuatorianos contrarios al Gobierno verde limón.

Sin embargo, en el libreto copia y pega del artículo importado a nuestra crítica editorial, anoto una muestra clara que los vicios y la cero autocrítica de la prensa “seria, objetiva e independiente” son males a nivel continental, donde todos son víctimas de los ataques de los gobiernos progresistas populistas por abanderar la única y ¿real? opción de información verdadera y calificada. Conceptos provenientes de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), gremio que acoge a los más representativos medios de comunicación de América y que mantiene una lucha cerrada hace meses contra los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Ya se están acercando sigilosamente a Paraguay.

¿Habían escuchado anteriormente de la SIP? Analicemos un poco su origen y conformación. Ernesto Carmona, periodista cubano, en su artículo SIP. Los amos de la empresa, explica que “Según la información corporativa de la propia entidad, la dirección de la organización está a cargo de cinco propietarios de periódicos de EE.UU., más un dueño de diarios colombiano que se desempeña como primer vicepresidente y un empleado chileno que actúa como director ejecutivo, para conformar un equipo directivo de 7 personas”.

Para hacernos una idea en el plano local, el colombiano que hace referencia Carmona es Enrique Santos Calderón, de El Tiempo de Bogotá, Colombia, el mismo diario que mostró meses atrás sin ningún desparpajo publicó una foto del asesinado comandante de las FARC Raúl Reyes acompañado supuestamente del ministro del Interior de Ecuador Gustavo Larrea, cuando en realidad era el dirigente comunista argentino Patricio Etchegaray.

La SIP fue la catapulta para establecer varios mitos que hasta ahora retumban en las paredes de redacción de la mayoría de medios del continente. Habilidosamente se hicieron llamar «cuarto poder». Teorizaron sobre una pretendida imparcialidad, aderezada con la doctrina supuestamente científica de una inexistente «objetividad», excomulgan a la prensa estatal u “oficialista” e ignora la prensa alternativa. De esta manera, ubicaron en el imaginario colectivo la verdad comprobada de que los medios y periodistas son “apolíticos” y sus razones van encaminadas siempre a mostrar simplemente los hechos tal y cual sucedieron.

Estas “reglas” impusieron lo que hoy es la verdad mediática y la opinión pública. En realidad, simples remedos de lo que gran cadena comercial detrás de los medios pretende mostrar a la sociedad. Sistema que se mantiene gracias al status quo de una democracia poco deliberativa y reflexiva, que permite y condiciona el espacio público a unos cuantos grupos o corporaciones que manejan la información como mercancía.

Me pregunto ¿acaso la SIP ha impuesto cambios profundos por el respeto del periodista? ¿Acaso se han preocupado o hecho tanta laraca por los ingresos del profesional periodístico? ¿se han preocupado por reordenar o abogar por la aplicación de la ley del Periodista en los países latinos, norma que en Ecuador data desde los años 70 olvidada y expirada? ¿Fomentan la inclusión de los medios alternativos como espacios de reproducción ciudadana?

No amigo lector, nada de eso, la integridad de su materia prima, el periodista, y su objetivo básico, informar a la ciudadanía, no está en los planes del gremio internacional. Para la SIP y sus ahijados en Ecuador, Paraguay y demás países latinoamericanos, la premisa es una sola, defender la libertad de prensa, su libertad de prensa, que en palabras de Arturo Lauretche, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa. En ese sentido, tendremos que seguirnos tragando el cuento de la objetividad, imparcialidad y veracidad de los medios tradicionales, amos y señores de la opinión pública, siempre y cuando les sigamos creyendo.
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221 batallas

2 comentarios marzo 25, 2009

Por:ALM
Con una elección presidencial casi resuelta y una mayoría en la Asamblea Nacional previsible, los poderes del Gobierno mantendrán su hegemonía por lo menos, durante cinco años más, circunstancia que, si embargo, no sustenta el desarrollo de los ejes de la “Revolución ciudadana” que se planteó desde la primera vuelta Correa.

El presidente y su buró político saben bien que la pelea no está en esas arenas, sino en los espacios locales, la administración seccional. Un último escollo para arrasar con los vestigios de la debilitada partidocracia y la ¿última? oportunidad de demostrar que este proceso político tiene sus raíces en un accionar ciudadano.

Hombres y mujeres de estrato medio y medio bajo seguirán siendo los principales electores del movimiento verde, aunque su participación en las decisiones del Gobierno central sean extremadamente limitadas. En algunos casos, grupos organizados que pusieron fe en Correa se vieron amenazados por el mismo personaje ante pretendidas paralizaciones o protestas. Indígenas, ecologistas, campesinos, mineros entre otros sufrieron los embates de un gobernante que no concibe el progreso de un país por intereses sectoriales, sino por sinergias que avalicen un proyecto común.

Válido. Ecuador necesita un norte sólido que aglutine las necesidades y deseos de la mayoría de ecuatorianos, sin distinciones étnicas o de cualquier clase. Pero lo que es difícil de ignorar, es la importancia de involucrar al ciudadano al proceso político que dice enrrumbar el Presidente con una participación dirimente, como última palabra. La “Revolución Ciudadana” necesita ciudadanos, no para votos, sino para ideas.

Es comprobado que el ciudadano común se interesa mucho más en participar en el plano local, en lo que le afecta directamente a él y su familia por proximidad. Muchos ecuatorianos están preocupados por el futuro del Banco del Afiliado o los contactos comerciales con la UE, pero se ven obligados a tomar decisiones cuando el alumbrado público de su barrio está fallando o la delincuencia azota su sector.

Para esas “nimiedades” del Estado absoluto están los Municipios, ente gubernamental cercano a las necesidades prioritarias de las personas en cada localidad. El correcto funcionamiento de la administración seccional garantiza una visión agradable del ciudadano hacia el trabajo del Estado, y por ende, del proceso que lleva adelante el Gobierno de turno.

Por tal razón, las bases para sostener el proceso revolucionario que Correa y la lista 35 dicen abanderar, será la victoria en los espacios seccionales, y no solo eso, sino una acertada administración que de paso a la participación directa del pueblo en la toma de decisiones, aplicando las normas que la nueva Constitución plantea en los artículos 100 y 101, entre ellos las veedurías, rendición de cuentas, cabildos populares, asambleas populares y la silla vacía en el Concejo cantonal.

Así que dejando a un lado los resultados predecibles a nivel nacional, la lucha real se dará en el plano local, donde, contrario a lo que muchos opositores piensan, se juega el destino de la “Revolución ciudadana” y no hablo solo de Guayaquil, que es una entre 221 batallas.
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Sobre la acción afirmativa

3 comentarios marzo 20, 2009
El tema llego a mí por un asunto estrictamente laboral, dándome cuenta en su análisis que tiene mucha tela para cortar. La discriminación positiva es un argumento nuevo en el país pero viejo de discusiones en Europa y Norteamérica, por lo que su aplicación en nuestra sociedad debe ser objeto de un estudio más riguroso de los alcances que tiene y sus adheridas limitaciones.

Conocida también como acción afirmativa, la wikipedia la define como el término que se da a una acción que, a diferencia de lo que conocemos como discriminación, pretende establecer políticas que dan a un determinado grupo social, étnico, minoritario o que históricamente haya sufrido discriminación a causa de injusticias sociales un trato preferencial en el acceso o distribución de ciertos recursos o servicios así como acceso a determinados bienes. La nueva Constitución aplica está iniciativa en el artículo 11 donde establece que “… el Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real a favor de los titulares de derechos que se encuentren en situación de desigualdad”.

La normativa se ha comenzado a aplicar con resultados prometedores. Las empresas están cumpliendo con la contratación del 1% de su personal con características de discapacidad física, y otro ejemplo palpable es la conformación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, donde el reglamento aplico puntos adicionales a las personas indígenas, afroecuatorianos, montubios, rurales, etc. Ya antes, y sin la reglamentación de esta medida, se equiparó a un 50/50 la participación de mujeres en las listas de elección popular.

Pero hasta ahí. Dejando a un lado las acciones congruentes que el Estado ha adoptado con la discriminación positiva, es necesario analizar como surge y hasta dónde puede llegar el método. Para los liberales más ortodoxos, contrarios a la acción, esta se remonta al tiempo del nacional socialismo nazi, cuando la Alemania del siglo 20 entendió que existía una sobrerrepresentación de los judíos en puestos de alto nivel profesional, siendo la raza área el grupo discriminado o vulnerable. El historiador Hugh Murria, en su libro Affirmative Action and the Nazis, asegura que “cuando los alemanes aceptaron esta visión de la justicia, se desarrolló en la realidad una lógica que obtuvo resultados sorprendentes y pavorosos”.

Murria afirma que la misma figura política se adoptó a inicios de los 60 en los espacios gubernamentales de estados Unidos donde se acuñó el nombre de acción afirmativa. En definitiva, el espíritu de esa época consistía en cambio en la en la sobrerrepresentación de los hombres blancos en instituciones de poder, en contrapartida de los negros, mujeres y otros grupos vulnerados.

Volviendo al país, los ex asambleístas, ligados en su mayoría a una tendencia de izquierda acordaron que la acción afirmativa es la respuesta para equilibrar las desigualdades existentes, pero dejaron pendientes algunas interrogantes colaterales. ¿El grupo sobre representado somos los mestizos? ¿Es posible establecer en Ecuador grupos étnicos que no tengan características de mestizaje?

Pero pensando un poco en futuro, la acción afirmativa tiene más limitantes. ¿Qué sucede cuando la discriminación positiva se da entre grupos vulnerados? Si tenemos a dos mujeres (grupo vulnerado) para una beca en el extranjero, la una pobre (gp) y la otra de clase media pero negra (gp), ¿para quién se define la acción afirmativa? ¿Puede generar desavenencias o segregación entre los mismos beneficiarios?. Algo cierto es que no se puede general igualdad favoreciendo a uno y discriminando a otro. Las mujeres, discapacitados, negros, montubios, homosexuales, portadores del VIH no quieren un trato diferenciado, quieren ser tratados por igual. La compensación de la acción afirmativa en desmedro de las clases dominantes por herencia, no por convicción, no puede caer en una discriminación a la inversa, generando aún más la separación racial o de género.

El criterio de la igualdad ante la ley y de oportunidades son expectativas de todos los ecuatorianos que el Estado debe hacer cumplir con diferentes mecanismos. Enterrar la discriminación sugiere una recomposición del criterio de identidad ecuatoriana como un solo ente jurídico e histórico, por sobre las multiplicidades de grupos, etnias o cualquier tipo de diferencia. La acción afirmativa es un parche que permitirá equilibrar desigualdades históricas en casos puntuales, pero no parece la solución efectiva para acabar con la discriminación de los más débiles, cuando no se trata de virar la tortilla, sino compartir en proporciones iguales.
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La campaña no es para políticos

3 comentarios marzo 17, 2009
Por:ALM
En ocasiones se vuelve difícil percibir las inclinaciones políticas de las agrupaciones partidistas de nuestra democracia, pero en épocas de campaña electoral, el asunto se vuelve casi imposible. La serie de mensajes publicitarios y alusiones de carácter social abarcan por completo el espectro de los candidatos a cualquier dignidad, que da la sensación que estuviéramos eligiendo entre una sola tendencia.

Del vendaval de percepciones mediáticas que vamos a ser víctimas por 45 días hay que echarle la culpa a la globalización. Las tecnologías y la comunicación, baluartes de este sistema mundial donde cada ser está interconectado de alguno u otra forma, minimiza hasta cantidades ínfimas los contenidos programáticos de los aspirantes a cargos públicos y deja solo para la inscripción en la papeleta el significado ideológico de sus siglas. De esta forma, el arte de la política pasa a ser una de las pocas ramas profesionales donde la teoría no determina para nada su praxis, situación que en casos como la ingeniería, medicina, enseñanza, arquitectura o abogacía sugiere una grave falta y en muchos países, hasta causal de delito.

¿Cuántos profesionales o expertos en ciencias políticas están en el tablero electoral? Se me ocurre menos del 10%. Y es una situación un tanto paradójica, porque a la vez que más personas se adentran al estudio de la política son pocos los cuales se atreven a participar con esos pergaminos en lides electorales, porque en la situación culminante para todo politólogo, poco valen sus conocimientos y mucho sí sus estrategias marketeras.

La política como la entendemos en nuestro país está hecha para los publicistas y no para los políticos, los reales políticos. Quienes en apego estricto a su formación intelectual osan enredarse en la maraña de estrategias para alcanzar el voto terminan desilusionados de lo que aprendieron en aula o en el mejor de los casos, se retiran a tiempo, regresando a la producción científica social, o replicando desde la crítica. Hacer política no es para los cerebritos, sino para los sabidos. El mejor calificado solo es presidente de curso en los colegios.

De esta circunstancia se desprende que la hora de elegir opciones se reducen a parlamentos repetidos y promesas ufanas. Hablar de educación, salud y vivienda gratuita se convierten en lugares comunes en boca de candidatos de “izquierda” y “derecha”, que el Presidente se declare humanista, de izquierda, guevarista o socialista del siglo XX1, pero su movimiento no tenga ideario político; de una “nueva izquierda” abanderada por una candidata de centro; de un alcalde a la reelección que ha siempre ha sido de derecha pero ahora practica un capitalismo social, comparándolo con un socialismo de mercado, conceptos completamente disímiles entre sí.

En un post anterior hablaba del renacer de la ideología, pero entre los votantes, una identificación de conceptos de manera vaga y espontánea, porque los encargados de reproducir esa temática en la sociedad, los partidos y movimientos políticos, son adictos a la mercadotecnia. En épocas de elecciones poco importa la línea ideológica de cada organización. Hay que apelar al sentimentalismo de la gente, a la pasión de las multitudes, al corazón de la esperanza, avanzar hasta la victoria siempre, por la Patria y socialismo, pensar que viene más, o que es hora del cambio, dalo por hecho amigo lector que son las consignas que retumbarán en cada esquina, cada vez más redundantes y vacías sin una significación práctica en beneficio del pueblo.
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Re-expropiación de lo público

2 comentarios marzo 13, 2009


Por:ALM

La expropiación de los espacios públicos fue una tarea que el Municipio socialcristiano supo realizar de forma excelente. A razón de la excusa “regeneración urbana”, el combate (infructuoso) contra la delincuencia, y la implantación de las normas y buenas costumbres con tintes conservadores del siglo XVIII, de a poco la participación de la ciudadanía en los sectores de su propia ciudad se vio limitado al extremo.

Si bien Guayaquil dejó atrás la época roldosista de la regalada gana con basura en cada esquina y una desorganización urbanística total, pasó a formar parte de una especie de cultura neo medieval, donde cualquier acción pública del pueblo debía tener la venia del rey, o de lo contrario, las cabezas volaban. Literalmente hablando no es así como funciona en la ciudad, pero la apoplejía del ciudadano al ver sus posibilidades de acceder a los espacios públicos sin una autorización del cabildo o sus administraciones sectoriales ad honoren (llámense fundaciones) casi nulas, guarda bastante relación con el pasado.

Estamos hablando de la infinidad de trámites burocráticos para acceder a tocar un clarinete en la plaza pública, que en la mayoría de casos son respuestas que faltan al mínimo de cordura. Desde la prohibición a los grupos GLBTT de tener encuentros culturales en el malecón culpandolos de los sexorales del w.c.” o los permisos para una exposición pública de la Redes Anticorrupción pero ¡sin el permiso de utilizar amplificadores! (léase, el más pitirri micrófono) son una muestra clara que la aproximación del hombre común a su entorno está condicionado a normas incongruentes y razonamientos ilógicos.

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, pero hace varias semanas, una luz en el horizonte monótono de nuestro Guayaquil Superstar revive la esperanza de la libertad de expresión entendida más allá de los mediúms. Comenzó con un experimento de lenguas en plena Rotonda, a la semana siguiente, decenas de betuneros hicieron su trabajo a la sombra de Bolívar y San Martín. Algo estaba pasando, y al momento de escribir este artículo presenciaba una Hora loca con Nueve de Octubre y Malecón como escenario. Decenas de muchachos, viejos, negros, mestizos, extranjeros y curiosos de un lado a otro se divertían bajo la mirada confuso de varios guardias de seguridad.

Es la iniciativa de varios colectivos locales que cansados de tanta inexpresión, decidieron apropiarse de un espacio público, su espacio público, ajeno por años a demostraciones espontáneas de libertad de acción, sin censura ni ataduras. Personas de la Fundación Malecón 200 se acercaron a los organizadores para llegar a un acuerdo, pedían un cronograma de actividades mensuales para tener listo el permiso esos días. Se les rieron en la cara, no comprendieron en lo más mínimo el sentido libertario de la acción. Los chicos pueden venir lunes, martes, miércoles, jueves… de mañana, tarde o noche. No es cuestión de ubicarles un horario, es la posibilidad de ser personas-ciudadanas 24 horas al día.

Como toda acción que trasgrede el imaginario colectivo de las normas en sociedad, no tienen un rumbo fijo, ni publicidad. El besuqueo colectivo cobró el internes de la prensa, pero los actos siguientes perdieron empuje mediático, pero para eso estamos los medios no-tradicionales, que pasamos hace rato el umbral de lo permitido o no a la hora de la información. Muchos d estos actos simbólicos seguirán los próximos días. ¿Cuándo? ¡No tengo idea!, pero de seguro me entero antes y les comento.
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La sexta lección

1 comentarios marzo 10, 2009
Por:ALM
Hoy empieza el camino hacia una nueva elección electoral. La sexta en dos años, a promedio de una cada cuatro meses, lo que presenta un panorama de ejercicio democrático insólito en la historia republicana del Ecuador.

Sé que muchos van a contradecir lo que digo y es acaso mi propia conciencia política la primera en entender que la democracia no se basa en el sufragio. Pero mirando de forma optimista, quiero convencerme que de una u otra forma este periplo de papeletas y certificados de votación han expuesto al ciudadano común una nueva forma de entender su rol dentro del activo ciudadano en política, o por lo menos, comienza a preguntarse los porqués y para qués de cada elección. Aquí algunas de mis lecciones aprendidas que espero se refieran a lo colectivo.

De General a Golden Box. Esta cadena imparable de elecciones ha permitido a miles de ecuatorianos tomar partida directa de un sinnúmero de cambios en la forma de administración pública que, para bien o mal, son de responsabilidad compartida con los electores y elegidos. Sin llegar al deseo hasta ahora utópico de una democracia real con personas inherentes en la producción de políticas públicas, en cierto sentido hay una preocupación mayor por el impacto de las mismas y el papel que nuestras decisiones electorales tienen en su desarrollo. No somos actores de la función todavía, pero ahora vemos el espectáculo de más cerca.

Debate sin cuartel. Algo de lo que estoy seguro producen las constantes visitas a las juntas electorales es la discusión previa del voto. Diez años atrás, el sufragio era una piedra en el zapato cada cierto tiempo, donde el espacio a la reflexión política se limitaba a 45 días de campaña. Hoy inicia ese mismo período de concentración de imágenes publicitarias y spots pegajosos, pero la amplia deliberación del voto arrastra debates ciudadanos de meses atrás. En cualquier parte, de cualquier forma. Buses, calles, parques, bares, restaurantes, prostíbulos, casas, escuelas, colegios, universidades, oficinas, hospitales… siempre hay un momento indicado para tocar el tema político, y basta una chispa para que todos alrededor prendan la mecha.

El renacer de la ideología. Década de los noventa, los medios de comunicación hablaban de los enfrentamientos entre PSC e Izquierda Democrática, el PRE y luego el PRIAN. A la llegada de PAIS, y la victoria de su líder en las urnas, el debate político dejo la figura de los partidos políticos y se planteó en el terreno netamente ideológico: izquierda y derecha nuevamente contra sí, aunque, paradójicamente, el movimiento verde limón no encarna posturas reales de la tendencia socialista. Sin embargo, pese a las contradicciones del actual gobierno, cada vez hay más personas que dicen: soy de derecha o izquierda, y para mí, la toma de postura en una línea de pensamiento única, es presagio de un voto consciente.

Pensar que el incremento de procesos electorales fortalece la democracia es equivocado, pero no nos acostumbremos a ver solo las tinieblas. Hay mucho por hacer en el plano político para exacerbar la participación ciudadana en las estructuras del Estado, pero siendo optimista, confío en que para la sexta oportunidad, la lección esté comprendida, y los ecuatorianos rindamos un mejor examen.
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Asuntos inoficiosos

1 comentarios marzo 06, 2009

Por:ALM

Al alcalde de Guayaquil, pese a representar un naciente “movimiento ciudadano” que busca en su figura llegar al poder local junto a los socialcristianos, le parece inoficioso un debate público con su rival más fuerte hacia el sillón de Olmedo, la candidata de Movimiento PAIS.

La Real Academia explica que inoficioso es un acto o dicho de último voluntad, es decir, un esfuerzo vano que no se encuentra entre las prioridades para alcanzar un objetivo. En pocas palabras, el debate político sobre el futuro administrativo de la ciudad más grande del Ecuador le resulta a Nebot una idea adefeciosa.

Preguntas al aire. ¿Qué de bueno le puede traer al guayaquileño conocer las propuestas de las dos candidaturas más posicionadas para la Alcaldía? ¿En que se beneficia el ciudadano conociendo los proyectos que cada candidato tiene bajo el brazo? ¿Será acaso que el guayaquileño está acostumbrando a votar sin reflexión crítica, solo con slogan? Lo más seguro es que para el Reelecto a reelegir las respuestas también serán inoficiosas, a razón que se orientan como cuestionario de debate, y ya sabemos lo que piensa Nebot de esas barrabasadas.

Por décadas, en los sistemas democráticos avanzados, el debate político ha sido una herramienta indispensable para medir la aceptación popular del candidato. En países como Estados Unidos, son un referente a la hora de escoger una opción electoral. Miles de ciudadanos ven en los debates la oportunidad de conocer los pensamientos y emociones de hombres y mujeres que aspiran a un cargo público, donde cualidades como manejar la presión y mantener la calma frente a las cámaras y las preguntas indiscretas de los entrevistadores son válidas para interpretar el accionar de estos individuos a la hora de accionar la administración gubernamental.

Para las elecciones presidenciales del 2006, este sistema se retomó con la presentación de los cuatro candidatos más fuertes en las encuestas. Sin lugar a dudas, el temple, carisma y contenido de las respuestas que el entonces aspirante Rafael Correa presentó fue un puntal importante en el ascenso vertiginoso de su aceptación popular y a la postre victoria en las urnas.

Con esos antecedentes es extraño saber que el alcalde Nebot, una persona que, hay que reconocer, domina el discurso de manera asombrosa: claridad y profundidad de palabras, pausas y énfasis bien coordinados y casi siempre sin necesidad de papeles o ayudas escritas, no utilice la oportunidad de presentar ante la opinión pública sus ideas para Guayaquil y desvirtuar las propuestas que el otrora candidato tiene en su agenda.

Pero más allá de la ventaja expositiva que tiene el candidato de Madera de Guerrero ante su adversario, lo que si causa desazón es la cada vez más repetitiva inflexión de Nebot a demostrar como dice ser una opción ciudadana. El más común de los mortales guayaquileños tiene el derecho de pararse frente a un televisor y obtener información que le permita decidir frente a la papeleta cuál de los dos expuso mejor, hablo más bonito o se le entendió lo que dijo, que en cualquiera de los tres casos es más contundente que un slogan remendado y afiches por todos lados.

Otra vez será, acaso, la oportunidad de ver un debate abierto y crítico de candidatos a alcalde de la ciudad, aunque de hacerle caso a las encuestas, las acciones inoficiosas que dan la cara al ciudadano estarán fuera de lugar por algunos años más, por ahora, son sólo sueños de perro.


Foto tomada de www.expreso.ec
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El Felizómetro

1 comentarios marzo 03, 2009

Por:ALM
El viernes anterior observé una noticia de Ecuavisa que, por al contenido central de la nota, me causó mucha gracia. Era sobre el anuncio del Gobierno que, sustentando en reportes estadísticos (¿?) asegura que la gente en Ecuador es cada día más feliz, premisa que precisamente la entrega periodística se encargaría de desvirtuar.

La nota explicaba que los resultados de una encuesta realizada en todo el país demostraban que en los últimos 24 meses, en una simple coincidencia con el inicio de la Revolución Ciudadana, la gente era “más feliz” en comparación con años anteriores. Ante tamaña afirmación social, el reportero salió a preguntarle a las personas si se sentían felices, a lo cual muchos respondieron que no, por diferentes motivos: que no hay trabajo, la leche sube, no alcanza la plata, etc, etc.

El resultado final del reportaje mostraba que, pese a todo lo mal que le está yendo a los ecuatorianos con los desaciertos económicos del Gobierno verde limón, el Ejecutivo piensa que la gente es feliz, y aspira a seguir cagando de risa a todos por unos cuatro años más, si ganan en abril.

Lo cierto es que tremendo estudio sociológico del estado de ánimo de los ecuatorianos no es para reírse, sino para ponerse a llorar. Y es que parece que en ocasiones, el Gobierno hace hasta lo imposible para que lo achaquen, aunque las respuestas de la prensa resultan muchas veces más contradictorias todavía.

¿Existe una forma real, de medir la felicidad? Hasta que punto una sensación tan particular y abstracta como ser feliz (una risa ni significa felicidad) se puede objetivizar con los números de una encuesta. ¿Si de un universo de 2000 entrevistados, las ¾ dijeron ser felices, todo el mundo lo es?

La verdad desconozco de quien fue la idea en el Gobierno de contabilizar la animosidad de nuestra sociedad, pero sería bueno recordar que la felicidad no es un estado estático en el hombre, se presenta en instantes, segundos acaso, cuando un acontecimiento particular nos permite percibir sentimientos de paz interior, bondad, ternura y amor. Ser feliz es una inconstante en el ser humano, se desarrolla en diferentes niveles en cada persona, y su origen proviene de millones de emociones y satisfacciones. Los encuestados por la Senplades, talvez en ese momento eran felices, y a lo mejor razones ajenas a las estadísticas voltearon la respuesta tan solo cinco minutos después.

Pero si bien el error gubernamental es grave, la respuesta mediática es peor. ¡Quieren medir la felicidad en signos de dólar! La relación dinero-felicidad está arraigada en el pensamiento de muchos comunicadores sobre el bienestar de la sociedad. Es retroceder a tiempos de teorías economicistas, donde según la cantidad de medidas macroeconómicas se medía el desarrollo de los pueblos. Hoy esta comprobado que el desarrollo no tiene que ver con cuánto posee la población, sino de la calidad de vida del ser humano, condición que tampoco deriva en felicidad constante. Entendido de esta forma, yo puedo tener mucha plata, satisfacer mis necesidades básicas, pero no ser feliz.

La felicidad es una posibilidad que a la mayoría de hombres le es difícil discernir durante toda su vida, pero durante dos minutos de exposición televisiva, Gobierno y medios jugaron a tener un felizómetro, cosa que sí causa risa.
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