Bloguerías...

Por: Ángel Largo Méndez
Soy nuevo en esto de los blogs, lo admito. Me involucré en este mundo por la libertad que suponía me entregaba. Libertad de opinar, de pensar de reflexionar, de decir mi verdad y que la lea el que quiera…

Pero luego de dos mese escribiendo al olvido me pregunto, ¿se está creando libertad con estos espacios virtuales? ¿O tan solo son espacios para “deshumanizarnos por completo?. La máscara de la red ¿nos está impulsando a una sociedad cibernética donde los hombres solo satisfacen todos los deseos frustrados que no son capaces de realizar en el contacto real?

Veamos…

Algo que me llama mucho la atención el asunto de los comentarios. Son una gran ventana democrática, un casi verdadera opinión pública. No hay especialistas que dirigen mediáticamente el sentir de una sociedad en su conjunto, sino un simple mortal que plantea un juicio de valor o teoría y es rebatido por la comunidad virtual de diferentes formas y casos.

Hasta ahí, sano ejercicio. Pero vamos a la práctica. Hace unos días ingresé a un blog ecuatoriano con el objeto de hacer una crítica a un post, quería iniciar un debate, “producir pensamiento”. Para que sea mejor el resultado, busqué uno anarco-capitalista, muy alejado de mi concepción socialista. En fin, decide comentar sobre la referencia ética de un tipo que escribía en el espacio… Primer round.

Lo que vino luego fue una amalgama de dime y diretes. La respuesta del dueño del blog, un hombre de muchos conceptos políticos y bastante amante del mercado, Ok. Otro pana en cambio que refutaba al artículo y planteaba otro concepto, Chévere. Pero luego se degeneró la cosa. Ingresó un tipo bajo un seudónimo absurdo a comenzar a insultar a diestra y siniestra a quienes criticábamos el post.

Ahí comenzó la pelea. Yo escribía y me defendía, él respondía, más sórdido todavía. Pasamos en ese embrollo como dos semanas, ninguna sin bajar la guardia, ninguno sin aceptar errores. Solo puras bravuconadas. Puñetes y patadas con formas de letras. Insultos 10, Desarrollo de pensamiento 0. Hasta me gané un sobrenombre!

Entonces fue comprendí que eso no tenía sentido. ¿En que momento una discusión de conceptos o normas de ética termina siendo la típica pelea de barrio con biela? No lo sé, pero acá se caldearon las cosas sin necesidad de levadura. ¿llegaríamos a un acuerdo? No. ¿Habríamos colaborado con algo al desarrollo del pensamiento crítico? Lo dudo, y nos quejamos de los periódicos.

Pare entonces entendí algo: la internet sigue siendo terrenal, una fiel copia de la sociedad en que vivimos. Salí de ahí y revisé decenas de discusiones como la mía en otros blogs. Más de lo mismo: inician todo intelectuales y terminan siendo unos chavales, ironía tras ironía, bajo el escudo protector del anonimato cibernético.

¡Porque esa es otra! Acá todo el mundo es el más macho de los machos. Funciona como tratamiento para solucionar complejos de superioridad o autoestima. Todo, absolutamente todo lo que no nos atrevemos a decir a los demás mirando a los ojos lo hacemos por internet ¡Bendito sea! Gracias por hacernos más retraídos…

Pero el problema va más allá. Muchos diarios online han decidido cerrar estas ventanas de opinión por los desagravios que subsisten en su interior. Hace dos días leía que un medio argentino Lacapital.com.ar, expresaba en su sitio: Nuestro diario respeta todas las ideas, sin ningún tipo de censura, tanto sean críticas a funcionarios de cualquier nivel del Estado como a este propio medio u opiniones acerca de cualquier tema, y los usuarios tienen la amplia libertad para decirlo de mil maneras diferentes. Pero no va a permitir en absoluto que unos pocos desubicados utilicen este sitio como vehículo para agraviar e insultar. Por lo tanto, LaCapital.com.ar se ha visto en la necesidad de interrumpir temporalmente la posibilidad de realizar comentarios de las notas hasta tanto se encuentre el método más eficiente para filtrar este tipo de opiniones.

¿Nuestra inmadurez está causando que espacios de libre opinión ciudadana estén desapareciendo? ¿de verdad hay una mayor conexión de pensamiento global con los blogs o solo ratificamos nuestra intolerancia hacia el prójimo? ¿la opinión pública (es decir, colectiva) sigue y seguirá siendo entonces un mito?

Preguntas que deben tener respuestas.

Por lo pronto, me limitaré a seguir en este espacio, tratando de no caer en el “sistema” de las bitácoras virtuales, pero si lo hago, tienen toda la libertad de reprochármelo… así es el juego.

Atte
El nuevo Internet Tough Guy (!Gracias Batiduende!)

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