Por: Ángel Largo
Hoy me levanté con un amargo sabor de boca. Mi ídolo, mi héroe, el que cuelga en un afiche de mi cuarto, esa persona que me demostró que había mucho más en el horizonte, movió con sus palabras los cimientos de mi vocación a su figura y ejemplo.
¿Qué pasó Jeff?, cuéntame, ¿Qué ocurrió? ¿Dónde quedó ese hablar pausado, sabio y generoso? Preguntas en el aire… silencio alrededor, desde mi espacio insisto en creer que no eres tú, no es tu esencia. Han de ser las malas juntas…
Las últimas declaraciones del campeón ponen mucho a pensar. Reproduzco la cita textual: Regreso de unos Juegos Olímpicos sacando mi segunda medalla, después de 12 años, y me dicen que no vamos a rendir homenaje al medallista, sino a la participación de todo el equipo. Entonces no era tan necesario sacar una medalla si igual íbamos a recibir el mismo homenaje ¡Para que ser bueno si podemos ser mediocres y vamos a recibir las mismas atenciones?
No es así. Jeff, con todo el cariño del mundo. El Ecuador celebra y disfruta tu gloria olímpica, eres el mejor atleta del país de todos los tiempos. Un ejemplo de superación, de pundonor, de coraje, de güevos…
Tu mismo has repetido hasta el cansancio que homenaje esta en las calles, en la gente que te vitorea, que te agradece. Los niños que buscan abrazarte y cuelgan tu afiche en el cuarto.
Los migrantes de quiénes te despediste dando tú último suspiro. ¿De cuando acá te importa los reconocimientos materiales?
Al parecer esas reuniones trasnochadas con la nueva derecha mediática te están produciendo un chuchaqui espantoso campeón. ¡Miento! Si tú mismo dijiste que la comida pesada estuvo en Carondelet. Pobre chef belga, ni tres meses de trabajo y todo el mundo lo critica sin conocerlo…
Pero recuerda una cosa. Nadie nace con estrella, en el mundo de los pobres. Tú eres un ejemplo de eso, te superaste y llegaste a la cima, pero subiendo escalón por escalón. No es lo mismo regresa con la medalla colgada que con la ceja rota, pero ¿se los estimula a seguir o se les da la espalda? Repito un concepto básico de Marx: A cada quien según su capacidad, a cada quién según su necesidad.
Ellos, tus compañeros, los deportistas que bregaron fuerte en Beijing, necesitan un apoyo constante para no desmayar, saber que están en lo correcto y pueden dar más. No son mediocres, están escalando. Tú, que saboreas las mieles del Olimpo, recibiste de los ecuatorianos el mejor reconocimiento a tu capacidad innata. Estas en la historia, estás en los corazones de cada uno, ya eres leyenda.
No entiendo entonces porqué tanta vaina por un homenaje, si lo tienes todo. Ahora es el momento de nuevos esfuerzos, de otros sacrificios. Pero para eso Jeff, hay que seguir luchando, en lo colectivo. Dejo una frase del Dr. Manrique: El que muere en busca de sus sueños, ya los alcanzó. Creo que tú , Jeff, tus compañeros y miles de ecuatorianos, están en esa senda, y ninguno, se considera mediocre.
Voy a dejar tu afiche colgado en la pared. A lo mejor, repito, son las malas juntas…
¿Qué pasó Jeff?, cuéntame, ¿Qué ocurrió? ¿Dónde quedó ese hablar pausado, sabio y generoso? Preguntas en el aire… silencio alrededor, desde mi espacio insisto en creer que no eres tú, no es tu esencia. Han de ser las malas juntas…
Las últimas declaraciones del campeón ponen mucho a pensar. Reproduzco la cita textual: Regreso de unos Juegos Olímpicos sacando mi segunda medalla, después de 12 años, y me dicen que no vamos a rendir homenaje al medallista, sino a la participación de todo el equipo. Entonces no era tan necesario sacar una medalla si igual íbamos a recibir el mismo homenaje ¡Para que ser bueno si podemos ser mediocres y vamos a recibir las mismas atenciones?
No es así. Jeff, con todo el cariño del mundo. El Ecuador celebra y disfruta tu gloria olímpica, eres el mejor atleta del país de todos los tiempos. Un ejemplo de superación, de pundonor, de coraje, de güevos…
Tu mismo has repetido hasta el cansancio que homenaje esta en las calles, en la gente que te vitorea, que te agradece. Los niños que buscan abrazarte y cuelgan tu afiche en el cuarto.
Los migrantes de quiénes te despediste dando tú último suspiro. ¿De cuando acá te importa los reconocimientos materiales?
Al parecer esas reuniones trasnochadas con la nueva derecha mediática te están produciendo un chuchaqui espantoso campeón. ¡Miento! Si tú mismo dijiste que la comida pesada estuvo en Carondelet. Pobre chef belga, ni tres meses de trabajo y todo el mundo lo critica sin conocerlo…
Pero recuerda una cosa. Nadie nace con estrella, en el mundo de los pobres. Tú eres un ejemplo de eso, te superaste y llegaste a la cima, pero subiendo escalón por escalón. No es lo mismo regresa con la medalla colgada que con la ceja rota, pero ¿se los estimula a seguir o se les da la espalda? Repito un concepto básico de Marx: A cada quien según su capacidad, a cada quién según su necesidad.
Ellos, tus compañeros, los deportistas que bregaron fuerte en Beijing, necesitan un apoyo constante para no desmayar, saber que están en lo correcto y pueden dar más. No son mediocres, están escalando. Tú, que saboreas las mieles del Olimpo, recibiste de los ecuatorianos el mejor reconocimiento a tu capacidad innata. Estas en la historia, estás en los corazones de cada uno, ya eres leyenda.
No entiendo entonces porqué tanta vaina por un homenaje, si lo tienes todo. Ahora es el momento de nuevos esfuerzos, de otros sacrificios. Pero para eso Jeff, hay que seguir luchando, en lo colectivo. Dejo una frase del Dr. Manrique: El que muere en busca de sus sueños, ya los alcanzó. Creo que tú , Jeff, tus compañeros y miles de ecuatorianos, están en esa senda, y ninguno, se considera mediocre.
Voy a dejar tu afiche colgado en la pared. A lo mejor, repito, son las malas juntas…
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