¿Y la participación?

La conformación de las comisiones en el Congreso quedó, como se esperaba, en su mayoría dirigidas por PAIS. Nueve de trece posibles estarán bajo la tutela de los asambleístas verdes: Justicia, Económico y Tributario, Soberanía, Biodiversidad, Salud, Fiscalización, Educación, Gobiernos autónomos y soberanía alimentaria, sin contar a la CAL. Todos, espacios de gran responsabilidad e importancia, instranferibles, pero como que falta uno, ¿adivinan?

La maquinaria oficialista dejó así constituido su poder en la Asamblea, dejando los rezagos para la empobrecida oposición. Sin embargo, dentro de las sobras del reparto legislativo: la De Desarrollo Económico, Derecho de los Trabajadores, y Derechos Colectivos, llama la atención el “regalo” que los hombres y mujeres de la Revolución Ciudadana entregó a la vieja partidocracia: La Comisión de Participación Ciudadana. Así es. Luis Morales del PRIAN comandará ese equipo, con el apoyo de Galo Lara, de SP, dos representantes de los partidos herederos del socialcristianismo y la socilademocracia naranja, ejes de la partidocracia añeja.

Esta comisión tiene por delante la aprobación de la ley elaborado por la Secretaría de los Pueblos. No es de extrañarse que reparos a la conformación de ese borrador haya por doquier. La Ley de Participación Ciudadana es un instrumento supremo para la reglamentación y fuerza del poder colectivo de la masa organizada en las decisiones del aparato estatal, y apuesto lo que sea que los líderes de esa comisión no les va mucho ese tema.

¿Qué paso por la mente de los asambleístas de PAIS cuando dejaron uno de los puntuales o ejes de su revolución en paz en manos de la oposición? Encaminar los procesos de participación colectiva en democracia, no puede ser liderado por personas cuya posición ideológica se resiste al empoderamiento de las masas, y consideran peligroso que el poder recaiga en el pueblo “no instruido”, a razón de supremacía de los sabios e intelectuales.


Entonces, ¿Desidia o quemeimportismo? A la Revolución Ciudadana hace rato lo ciudadano suena como a membrete. Las acciones del Gobierno central no han pasado al debate con los actores sociales, que en muy pocos casos, tienen voz en las decisiones del ejecutivo. Ahora en el Legislativo, pasa a formar parte de los rezagos para la derecha, como si no importara su trascendencia en el proyecto político del presidente, quien a veces confunde paternalismo con participación.

Si bien es cierto que una comisión en la Asamblea no rige la actuación de los civiles en los procesos sociales y políticos de la nación, esta decisión da un mensaje erróneo a las bases que confían en la palabra de Correa. La apertura a una democracia más directa con la instrumentalización de los cabildos populares, asambleas, presupuestos participativos y la silla vacía queda en el limbo, porque si bien el espíritu socialista del siglo XXI las ubico como referente de participación en la nueva Constitución, será esta comisión la encargada de reglamentar su funcionamiento, y vuelvo y repito, la gente de derecha se resiste al empoderamiento de las masas, no creen mucho en eso.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

En lugar de regalito, mas bien me parece paquetazo, porque eso le servira al gobierno precisamente para demostrar la mala fe de los opositores al cambio socialista.