Sigamos soñando con lo público

Cuando inició el proyecto del diario público, debo admitir que mi fe subió en revoluciones. Y no era para menos. De repente, la posibilidad utópica de concebir un espacio de difusión masiva con un comportamiento basado en el interés colectivo tenía una forma física, y alentaba esperanzas. Pero hoy, no todo pinta celeste.

La ruptura de la parte medular de lo que un día fue El Telégrafo, primer diario público nacional, trae consigo graves secuelas. Daños irreparables ante los ojos del lector que si bien antes recibía con recelo y desgano la noticia de sus páginas, hoy concibe al proyecto como tan solo ”uno más” de los planes fallidos o inconclusos de esta administración política, claro esta infundado por el ataque certero de los medios privados.

Y es que justo son ellos, los mass media, los visibles triunfadores del ocaso de El Telégrafo. La oportunidad perfecta para atestiguar que no es posible un periodismo impresarial, y que la verdad retazada que presentan ellos es lo más cercano a lo que debemos saber, ya que representa la visión de un grupo selecto de particulares, que bien o mal, aseguran mas “libertad” de lo que puede ofrecer un medio aupado por el Gobierno.

¿Y saben qué? No están tan lejos de la verdad. Los directivos del diario público nunca lo concibieron como tal, sino como espacio informativo del gobierno de turno. Con la lógica empleado-empresario, El Telégrafo al principio se debatió en el limbo de recrear información acomodada al interés del Ejecutivo, pero fue rescatado por un grupo de intelectuales conscientes de la posibilidad magnífica de construir algo diferente, novedoso, único. Un espacio de apoyo a lo positivo y crítica necesaria, sin pasionalismos ni odios personales.

Sin embargo, esa visión pluralista fue demasiada para el Gobierno. Ya de pronto las bromas del presidente en sus cadenas sabatinas de llamar “diario de oposición” a El telégrafo tomaban un aire más de advertencia. Fue entonces que de repente, cuando la situación en el país ameritó un análisis objetivo por parte de los que hacían periodismo, que el Gobierno encontró la manera de acallar su voz.

Uno por uno, los gestores de la odisea periodística de entablar un contacto diferente con el lector fueron cayendo. La dicotomía de apoyo-crítica al Gobierno cerró el capítulo e inició una etapa de entreguismo total, donde una vez más primará el deseo personal, los intereses particulares partidistas y la visión empresarial de un recurso público, lejos ya de lo que un día fue preconcebido como de todos.

Para estas fechas, me queda solo la satisfacción de haber participado en lo que un día fue y ya no será. A Carol, mi gratitud y admiración. Y a todos los que creyeron como yo que era posible, que sigamos soñando. Hay trincheras que aún no se pueden invadir. Esta es la mía, y continuaré mientras tenga algo que decir y poco que callar.


Pd: La palabra impresarial me la acabo de inventar, pero creo que se entiende que significa.

1 comentarios:

Roberto dijo...

Angel
En EEUU hay un canal de television llamado PBS o Public Broacasting Services, muy serio, con programas culturales, historicos, conciertos de musica clàsica y popular, documentales, etc. NO es del Gobierno, es independiente. No es de ningun partido. Se financia con contribuciones de sus miles y miles de televidentes. Casi a diario , hacen campaña de donación al màs puro estilo de una TELETON; que enviando $ 100 , te regalan un CD de colecciòn y si donas mas dinero, te regalan una colecciòn de musica o videos originales....
La idea de El Telegrafo Independiente y PUblico, se me parecía a esto, pero su independencia siempre desde el inicio estuvo en riesgo de perderese como en efecto se dio, por imposiciòn de quien firmaba los cheques, que no es un donante sino alguien que quiere cuentas de lo que da.
Se necesita mucha madurez y cero populismo para que un diario publico independiente exista, pero no es el caso de la RC que para mi es una expresion màs del populismo.
Pero, la vida darà revanchas, y creo que si habrà una segunda oportunidad...ya el bichito entrò, tiene que seguir picando.
Saludos.
Roberto