Una buena amiga de la infancia, cuyo único defecto es ser neoliberal a ultranza, ponía desafiante en su nick del correo electrónico una leyenda así: El ALBA, la Liga de la Justicia. Batichávez y Rafirobin se lanzan a salvar a Zelaya. No puedo negar su creatividad de nombres y asociación de hechos reales con ideas de cómic. Pero indudablemente, su posición de crítica burlona a la posición de los países de Latinoamérica que desconocen el gobierno de facto que se ha levantado en Honduras me produce una severa preocupación.
¿Es este golpe de estado un aliciente a los pensamientos de derecha en la región? Muchos izquierdistas de la vieja guardia ven con preocupación que el caso Honduras, de quedarse impoluto, sea el inicio de un Plan Cóndor recargado que pretenda arrasar con los gobiernos progresistas democráticos de toda la región. El fantasma de la década de los 80 ronda en la Comunidad Andina, en la Cumbre de Río, en Centroamérica, y de por sí es la real preocupación de los países autoproclamados defensores de la democracia.
Sin embargo, a diferencia de los golpes de esa época, el enemigo parece estar ligado a cuestiones supranacionales que superan los intereses mórbidos de potencias nacionalistas. La ambigua posición de Estados Unidos, con un reproche que no pasa de un asunto lírico, genera dudas. ¿Qué manos están detrás del “gorilaza” hondureño. Si no es EE.UU. con sus viejas mañas, quien sustenta a Micheletti en sus sueños de poder?
Leyendo el Messenger de mi amiga y los periódicos locales y extranjeros las respuestas aparecen de a poco. Como ha sucedido en Ecuador durante los últimos dos años, el lugar de la oposición neoliberal la han ocupado los medios, los empresarios y los grupos de poder económica transnacionales. Honduras se ve sometida por un intento de grupos elitistas de ultra derecha de mantener el poder omnímodo sobre los haberes del estado, bajo la consigna de quien tiene el poder económico, debe tener el poder político.
Mientras los militares vendidos al mejor postor sustentan las ambiciones particulares de los burgueses hondureños, los organismos mediáticos comienzan a ubicar en la opinión pública sustentos “reales” al gobierno de facto. Es fácil observar como el Cato Institute, ONG encargada de promover pensamientos neoliberales en todo el mundo, mueve sus fichas a favor de Michelleti. En su artículo de esta semana, Gabriela Calderón manda pistas de la “legitmidad” de lo actuado y su compañero costarricense Juan Carlos Hidalgo habló del circo de Chávez en El Comercio.
En un mundo donde la unión por los derechos democráticos de pequeños países pobres sudamericanos es razón de burla generalizada, el destino es incierto. La última carta neoliberal por recuperar terreno en Latinoamérica esta echada, y de esta manga depende acciones en otros estados, de eso estoy seguro. La oposición al régimen de facto en Honduras es evidente al interior y exterior del país centroamericano, pero mientras existan individuos que ridiculizan el accionar compacto de los países pequeños, los resultados serán de pronóstico reservado.
¿Es este golpe de estado un aliciente a los pensamientos de derecha en la región? Muchos izquierdistas de la vieja guardia ven con preocupación que el caso Honduras, de quedarse impoluto, sea el inicio de un Plan Cóndor recargado que pretenda arrasar con los gobiernos progresistas democráticos de toda la región. El fantasma de la década de los 80 ronda en la Comunidad Andina, en la Cumbre de Río, en Centroamérica, y de por sí es la real preocupación de los países autoproclamados defensores de la democracia.
Sin embargo, a diferencia de los golpes de esa época, el enemigo parece estar ligado a cuestiones supranacionales que superan los intereses mórbidos de potencias nacionalistas. La ambigua posición de Estados Unidos, con un reproche que no pasa de un asunto lírico, genera dudas. ¿Qué manos están detrás del “gorilaza” hondureño. Si no es EE.UU. con sus viejas mañas, quien sustenta a Micheletti en sus sueños de poder?
Leyendo el Messenger de mi amiga y los periódicos locales y extranjeros las respuestas aparecen de a poco. Como ha sucedido en Ecuador durante los últimos dos años, el lugar de la oposición neoliberal la han ocupado los medios, los empresarios y los grupos de poder económica transnacionales. Honduras se ve sometida por un intento de grupos elitistas de ultra derecha de mantener el poder omnímodo sobre los haberes del estado, bajo la consigna de quien tiene el poder económico, debe tener el poder político.
Mientras los militares vendidos al mejor postor sustentan las ambiciones particulares de los burgueses hondureños, los organismos mediáticos comienzan a ubicar en la opinión pública sustentos “reales” al gobierno de facto. Es fácil observar como el Cato Institute, ONG encargada de promover pensamientos neoliberales en todo el mundo, mueve sus fichas a favor de Michelleti. En su artículo de esta semana, Gabriela Calderón manda pistas de la “legitmidad” de lo actuado y su compañero costarricense Juan Carlos Hidalgo habló del circo de Chávez en El Comercio.
En un mundo donde la unión por los derechos democráticos de pequeños países pobres sudamericanos es razón de burla generalizada, el destino es incierto. La última carta neoliberal por recuperar terreno en Latinoamérica esta echada, y de esta manga depende acciones en otros estados, de eso estoy seguro. La oposición al régimen de facto en Honduras es evidente al interior y exterior del país centroamericano, pero mientras existan individuos que ridiculizan el accionar compacto de los países pequeños, los resultados serán de pronóstico reservado.
2 comentarios:
Vi una caricatura de correa hablando en la ONU, en la que hablaba del Inti Raymi, como fuera de contexto en NYC.
Yo me pregunto: ¿Esa era una broma?, que triste realmente que los mismos medios se burlen de nuestra originalidad e identidad, seguramente deberíamos dejar esta farsa, nunca podremos ser un estado más del gran pais del Norte, pero en la tibiesa seguiremos siendo explotados, lástima que la mayoría del pueblo se fracture por lo que en los mediosse ve...
buen blog
Hola Lex gracias por participar.
La ridiculización de lo nuestro es propia de la impericia de los medios al querer subestimar todo lo que se atañe como "radical" o 2revolucionario" por esos lados. No es de sorprenderse, pero cuando la marimba se toca en otro lado, pasa a ser teoría de conocimiento, acá no pasa en cambio de frasesitas de cholos frustrados.
¿Duro verdad? pero así funcionan los mass media.
Saludos
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