Nunca antes el dicho”revolverse en su tumba” tuvo tanto significado. Si se pudiera comprobar el hecho, Simón Bolívar no solo estaría revuelto, sino desecho, ya que en una de las ciudades de su antiguo sueño gran colombino, su nombre y figura está siendo borrada de la historia, poco a poco.
Y es que el libertador de cinco naciones tiene razones de sobra para venir del más allá a halar unas cuantas patas. Primero fue desertado del aeropuerto, para recalar en un espacio de conciertos para artistas pop y ferias estudiantiles que queda al lado. Luego, un par de historiadores representantes de la plutocracia guayaquileña, rediseñaron los datos de antaño y contaron su “Historia de Guayaquil” donde aparece un Bolívar huraño, dictador, traficante de armas y déspota, solo les faltó patán y mariguanero.
Pero como si esto fuera poco, la estocada final a la memoria del Libertador, es el cambio de nombre de su Malecón. Edificación añeja donde reposa la figura de su condición humana junto a ese otro grande de América, San Martín. Símbolos de libertad y de nueva era para América, mala o buena, pero nueva era.
La Rotonda que todos conocemos, admiramos y tenemos como paisaje de la foto del recuerdo, quedaría como anecdotario luego que unos “ilustres” concejales cambien el nombre del lugar por el del fallecido León Febres-Cordero. Ex lider socialcristiano, renovador de Guayaquil, presidente del ecuador sin muchos frutos e investigado por violación a los derechos humanos. Datos que por cierto, Melvin Hoyos y Efrén Avilés olvidaron tratar en su transcripción sobre este personaje.
Si merece o no LFC tal distinción, lo dejo a la voluntad del pueblo guayaco y bellaco, pero de que existe una animadversión contra Simón Bolívar, lo que fue, y lo que representa ahora, eso no se me quita de la cabeza ¿Retaliación política? ¿Nuevos sueños independencias burgueses? ¿Desaprobación de revoluciones bolivarianas vecinas? Sea cual sea la razón, al general de generales se la acaban los espacios en la urbe porteña ¿acaso para cerrarle su memoria a las nuevas generaciones?
La grandeza de Guayaquil en la historia de la independencia de América es irrefutable y digna de admiración y orgullo, lo miserable es utilizar los ideales de hombres como Olmedo, Urbina, José de Antepara, Villamil, para usos personalistas y autoritarios, esos sí, de los que por herencia, apellido o plata en el banco, se creen dueños de los destinos de los madera de guerrero.
Por tal razón, no niego, y sostengo, que José Joaquín de Olmedo es un referente de civismo y patriotismo, que LFC rescató a Guayaquil de la podredumbre roldosista, y que la historia puede ser vista desde diferentes ángulos y percepciones. Pero que los intereses de un grupo de extrema derecha, el Movimiento Libertario y otros representantes de la alcurnia dorada de la ciudad, estén por encima de la los hechos históricos y pretendan negar la grandeza de un hombre como Bolívar, hombre al fin, con virtudes y defectos. Es algo que ensombrece a una ciudad libérrima como Guayaquil y acogedora con sus visitantes.
Y es que el libertador de cinco naciones tiene razones de sobra para venir del más allá a halar unas cuantas patas. Primero fue desertado del aeropuerto, para recalar en un espacio de conciertos para artistas pop y ferias estudiantiles que queda al lado. Luego, un par de historiadores representantes de la plutocracia guayaquileña, rediseñaron los datos de antaño y contaron su “Historia de Guayaquil” donde aparece un Bolívar huraño, dictador, traficante de armas y déspota, solo les faltó patán y mariguanero.
Pero como si esto fuera poco, la estocada final a la memoria del Libertador, es el cambio de nombre de su Malecón. Edificación añeja donde reposa la figura de su condición humana junto a ese otro grande de América, San Martín. Símbolos de libertad y de nueva era para América, mala o buena, pero nueva era.
La Rotonda que todos conocemos, admiramos y tenemos como paisaje de la foto del recuerdo, quedaría como anecdotario luego que unos “ilustres” concejales cambien el nombre del lugar por el del fallecido León Febres-Cordero. Ex lider socialcristiano, renovador de Guayaquil, presidente del ecuador sin muchos frutos e investigado por violación a los derechos humanos. Datos que por cierto, Melvin Hoyos y Efrén Avilés olvidaron tratar en su transcripción sobre este personaje.
Si merece o no LFC tal distinción, lo dejo a la voluntad del pueblo guayaco y bellaco, pero de que existe una animadversión contra Simón Bolívar, lo que fue, y lo que representa ahora, eso no se me quita de la cabeza ¿Retaliación política? ¿Nuevos sueños independencias burgueses? ¿Desaprobación de revoluciones bolivarianas vecinas? Sea cual sea la razón, al general de generales se la acaban los espacios en la urbe porteña ¿acaso para cerrarle su memoria a las nuevas generaciones?
La grandeza de Guayaquil en la historia de la independencia de América es irrefutable y digna de admiración y orgullo, lo miserable es utilizar los ideales de hombres como Olmedo, Urbina, José de Antepara, Villamil, para usos personalistas y autoritarios, esos sí, de los que por herencia, apellido o plata en el banco, se creen dueños de los destinos de los madera de guerrero.
Por tal razón, no niego, y sostengo, que José Joaquín de Olmedo es un referente de civismo y patriotismo, que LFC rescató a Guayaquil de la podredumbre roldosista, y que la historia puede ser vista desde diferentes ángulos y percepciones. Pero que los intereses de un grupo de extrema derecha, el Movimiento Libertario y otros representantes de la alcurnia dorada de la ciudad, estén por encima de la los hechos históricos y pretendan negar la grandeza de un hombre como Bolívar, hombre al fin, con virtudes y defectos. Es algo que ensombrece a una ciudad libérrima como Guayaquil y acogedora con sus visitantes.
4 comentarios:
Angel.
Bolivar ha sido homenajeado por Guayaquil como se merece. El primer monumento de Bolivar que se erigiò en Ecuador, fue el de Guayaquil, que está en el Parque Seminario. Existen escuelas, colegios, bancos, radios, asociaciones, con el nombre del Libertador.
La calle de la Industria era el nombre anterior a la calle Simón Bolivar que colinda con el Malecón , y el Malecón antes se llamó Paseo de las Colonias. Notese que el Malecón es un espacio físico distinto aledaño a la calle Bolìvar (La calle Bolìvar hasta los años 50 era la que hoy se llama Escobedo). Entonces la calle SImón Bolivar seguirá conservando su nombre y el paseo de las colonias se llamará Paseo Leon Febrescordero.. y todos contentos. No veo el problema, si ya antes al malecón se lo cambió por Malecón 2.000 sin que nadie proteste, y sin que sepamos si DON 2000 nos libertó de algo.
Olmedo merece un homenaje de Guayaquil, quien sabe si más que Bolivar, porque fue quien conspiró y planificó la conquista de la libertad y la independencia para Guayaquil, por supuesto antes que Bolivar llegue a estas tierras. Era hora de rescatar la talla de estadista de este gran ecuatoriano y guayaquileño, con una hoja de servicio publico casi inimitable por ningun ecuatoriano. Sirvio a su Patria, hasta la muerte.
No estoy de acuerdo ni con negar el mérito de estadista, guerrero, estratega, y ni con esconder los defectos y errores de Bolivar. Debemos ubicarnos en el contexto y cirncunstancias que Bolìvar como estratega y genio de la libertad, tenía que vivir. Pienso, que poniéndonos en el lado de Bolivar, y barajando opciones, el no tenía otra alternativa que venir a Guayaquil , con sus ejercitos , y convencer por persuaciòn y si cabe y se justifica, con el uso de la fuerza (que no llegó a usar pero si sirviò de elemento disuador para los secesionistas) y sumar el territorio de la Provincia Libre de GUayaquil a Colombia (nombre oficial de este país en ese tiempo). La historia ha comprendido que Bolivar hizo lo que hizo, como parte del proceso de Libertad, aunque visto desde el punto de la Historia de Guayaquil (recordemos que es la historia de Guayaquil a la que Ud. se refiere, que no es lo mismo que la historia del Ecuador, que tiene perspectiva bolivariana-quiteña).
Febrescordero es reconocido como el alcalde de mayor éxito de la historia de Guayaquil y merece ser recordado. Quedan detractores del presidente, pero como a Bolivar hay que valorarlo en perspectiva. ¿Acaso Bolìvar no tuvo enemigos?¿Como no los va a tener Febrescodero? Cada uno los tuvo en su tiempo y su lugar.
Para Ecuador, el Libertador realmente fue Sucre, fue el que batallò acompañando con nuestros antiguos compatriotas. Bolivar vino luego de que se alcanzó la independencia en el Pichincha. También es una verdad histórica que Guayaquil , contribuyo con recursos a financiar los sueldos de las tropas, y no solo eso, Rocafuertem guayquileño, fue uno de los gestores de préstamos en Inglaterra, para la compra de armas para todo el ejercito libertador.
Yo, personalmente no quiero polemizar. Me parece muy bien, y me hace feliz , que ambos sean homenajeados con igual fervor. No entiendo el prurito que causa esto en uno y en otros,
Saludos
ROberto
Gracias Roberto por participar.
De verdad tu aporte histórico sobre la presencia de Bolívar en las calles de Guayaquil es valioso, sin embargo, y tomo una postura frontal sobre esto, la situación actual significa para mí y otors guayaquileños más un desmedro a la figura del general venezolano.
El reconocimiento público a la figura notable de Olmedo, ni de ningún otro prócer guayaquileño, o como en el caso de LFC, de un político que dio mucho a la ciudad, puede ser a costa del desprestigio de otro. Si Guayaquil estuvo inundado por reconocimiento a Bolívar por algo será, pero de tantas alternativas para homenajear a ilustres guayaquileños ¿es necesario ubicarlos justo donde descansa el nombre de Bolívar? ¿no hay otros sitios, lugares o formas?
Yo soy uno de los que abiertamente critique y me niego a llamar malecon 2000 al Malecón Simón Bolívar, cosa que un grupo pequeño hizo notar hace años, pero lamentablemente, como lo anoto, fuimos minoría en ese entonces, pero ahora la lucha tiene un tinte más ideológico. Hoy en El Comercio Carlos Calderón Chico, historiador y escritor guayaquileño, habla de las descontextualización de la figura de Bolívar, por parte de una burguesía guayaquileña que ve miedos y fantasmas de revoluciones bolivarianas y ciudadanas donde no las hay. ¿Porqué justo ahora, en época del bicentenario estos acontecimientos?
La polémica esta ahí Roberto, y siemrpe es bueno la discusión y el debate con altura, no vamos a caer en insultos como el Pocho Harba llamando enano mental al Defensor del Pueblo. Ninguno de nosotros somos de esa calaña de gente. Yo lo único que anoto es la posibilidad de rendir homenaje a figuras representativas de Ecuador y Guayaquil, en un ambiente de conciliación, y sin confiscar el espacio de uno u otro. Malencón Simón Bolívar es malecón Simón Bolívar, el paseo, puede llamarse como sea.
Saludos
Angel.
El punto de partida de esta discusiòn parte de llamar revoluciòn bolivariana a la corriente de reformas políticas y profundizaciòn de la democracia que procura este gobierno y otros presidentes . Hasta revoluciòn como término puedo aceptarlo, pero no lo es del todo, para mi es una reforma del estado. No es bolivariana, porque Bolivar, no era socialista, fue ideológicamente un liberal, pero tiene el mérito de su genialidad polìtica y militar. No siempre acertó , no siempre fue comprendido, la historia lo agigantó merecidamente. Bolivar fue un aristócrata, y dejó en Ecuador y en todos los paises una casta militar colombiana-venezolana, y esto sin quererlo ya que no rompió totalmente las estructuras de poder existentes en la colonia.
Lo negativo, es por una parte pensar que Febrescordero no merece tamaño homenaje . Pues bueno , Guayaquil, ha homenajeado a Don Buca, Julio Jaramillo, Jaime Roldos , Marcel Laniado (??), Jefferson Perez (aun vivo y antes que su ciudad natal), Artigas (uruguayo) , Salvador Allende, Velasco Ibarra , etc....es decir, es la ciudad más generosa en homenajes a los ecuatorianos y extranjeros más ilustres, no importando su ideologia ni origen.
Lo negativo también es pensar, que el no dejar el nombre de Malecón SImón Bolivar es disminuir méritos a Bolivar. Ya Bolìvar como dije ha sido homenajeado y reconocido.
Por supuesto que el "pochito" anda por allì como niño malcriado...no es tampoco la manera como tampoco lo fue lo del Defensor del Pueblo. No es la manera civilizada y de altura.
Bueno , eso por ahora. Esta clara tu posición, y me alegra la claridad, y no la ambiguedad de otros, que se dicen revolucionarios y al primer balazo esconden la cabeza como el avestruz.
Un abrazo.
Roberto
el tema no pasa por el simple cambio de un nombre. Es una manifestación simbólica: acá no hay cabida para el cambio. El último reducto de la extrema derecha apuesta a futuro con cambios en la historia y cambios en los nombres. Ya muchos apuestan incluso con la separación del Ecuador. Si no quieren ser parte de la nación, chao.
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