Respeto

El clamor de la prensa autotitulada “independiente” en el país ayer se leyó por todo lo alto. No escatimaron en presentarse con una leyenda a primera página como muestra de su unidad, ahora, y posición inflexible ante la manoseada Ley de Comunicación.

Noticia: ya se aprobó la Ley en la Asamblea.

Pese a que la reacción conjunta fue tardía, nunca antes la prensa nacional mostró tanta preocupación por la ruptura del status quo del cual han vivido a sus anchas. La existencia de una normativa que regula el accionar de los medios privados y públicos se ha convertido en la mayor preocupación del contrapoder, inclinado a encontrar en ella una violación a la libertad de expresión, pero inexpresivos al constatar el apoyo que reciben su principal materia prima, los periodistas.

Por décadas, la profesión del periodista ha sido un diploma carente de emociones en la tinta. Basta ver con que la mitad de los que ejercen la comunicación social en prensa, radio y televisión no pasaron por las facultades, para darnos cuenta de la inexpresiva contundencia de la profesionalización periodística. Cualquier persona, cualquier profesional, está en condiciones de ejercer nuestra carrera, sin preparación previa, tan solo con la capacidad básica del ser humano de comunicarse.

Siendo así, por años me he preguntado que prestigio o herramientas me presta la universidad, si la facultad de comunicar y emitir comunicación es intrínseca en el hombre. Un médico puede escribir, un ingeniero también, un abogado, un economista, el que sea. Pero el periodista, el que ostenta la titulación artificial, jamás podría operar, construir, litigar o hacer presupuestos, sin la debida preparación o licencia.

Entonces, lo único que le queda al periodista es el respeto. Respeto de sus congéneres profesionales a permitirle realizar en lo que se especializaron. La oportunidad de profundizar en los axiomas de la comunicación pública tal como cada quién intenta romper paradigmas en la visión del mundo que escogieron. Eso merece el periodista, y la afamada ley impone que sea así. Ahora todo medio de comunicación debe tener como planta a comunicadores sociales de carrera, con un lapso de 6 años para su instrucción y actualización.

Pero los medios no quieren eso. No pretender guardar respeto ante su fuerza de trabajo. La misma consigna que le piden y exigen al Gobierno central están tratando de coartarla a sus hacedores de información, a quienes buscan, hacen y difunden la noticia. El respeto a defender una labor noble y peligrosa, que merece ser entendida como un espacio de estricto ejercicio profesional, y no como la ventana a cualquier subjetivización. Para eso están los espacios de opinión, los blogs, el Facebook y toda herramienta individual que nos otorga la tecnología para la opinión pública. La individualización de la comunicación es un derecho, pero la capacidad calificada para emitir información en un contexto global, debe ser tarea de la gente preparada en ese sentido.

Sin embargo, esta iniciativa debe estar acompañada de su respaldo inmediato. Los comunicadores populares o indígenas requieren del apoyo de Estado para su profesionalización. Talvez un plazo mayor, pero deben ser tratados de manera independientes a lo que se entiende como medios de comunicación masivos.

La obligación de los medios es exigir respeto y dar respeto. Los periodistas por años hemos clamado por respeto a nuestra profesión. Hay una oportunidad vigente ahora, ojalá y no sea otra fe de errata que nunca se corrige en su lugar de origen.

6 comentarios:

Silvana Tapia dijo...

Coincido totalmente, y de hecho justamente hoy publiqué algo sobre la fiscalización del periodismo.

Saludos!

Geraré dijo...

Coincido de igual forma contigo y con Silvi, también ayer di mi opinion en mi blog respecto a la nunca antes vista campaña mediática de la prensa escrita en contra de la ley de comunicación
Geraré

Ángel Largo Méndez dijo...

Gracias compañeros por sus comentarios y, si, es un tema de larga colación que deparará todavía varios enfrentamientos.

Saludos

Varth Deider dijo...

Me parece, Ángel, que estás dándole el enfoque equivocado a la campaña "más respeto".

¿De qué se quejan los medios? De acuerdo a los últimos párrafos de tu post, la queja estaría enfocada a la "profesionalización" que propone la Ley Panchana.

Estoy totalmente de acuerdo que los periodistas deben ser especialistas en su materia.

Lo particularmente malo y peligroso de esta ley (y por lo cual los medios protestan) es el nivel de castigo que se pretende instaurar.

Yo si veo una pretensión de joderles la vida a los medios. Con la excusa de que la información debe ser verificada (verificada según quién, la verdad de quién) no se puede publicar nada.

No pueden publicar grabaciones que podrían ser evidencia de algún acto de corrupción.

No se si corrigieron el artículo 6, pero señalaba que nadia podía opinar sobre un hecho que "afectara" los derechos de una persona hasta que se resuelva la controversia en esa materia.

Ahora, tampoco voy a decir que toda la ley es mala. Es rescatable la iniciativa de darle más cabida a la producción nacional, aunque en cierta perspectiva esto también atenta a la libertad de escoger de los oyentes y televidentes quienes ahora deberán ver, al menos, 25% de contenido nacional (en las reformas de la comisión de información se bajaron del 50% al 25%).

En fin, para resumir. Me parece justa y adecuada la protesta de los medios para ciertos artículos que les ponen trabas a la información que pueden publicar.

Ernesto Yitux dijo...

Pongamos las cosas desde otro punto de vista. Y como siempre lo pondré como ejemplo lo que me rodea.

Defender lo que estás defendiendo en este caso, sería como decir que todas las productoras de televisión tienen que tener gente graduada de las universidades. A costo de la "profesionalización" vamos a coartar la libertad de empleados y empleadores.

Yo tambien sufro cada vez que veo un comercial asqueroso en televisión, o una animación sin peso ni fluidez, o una toma fuera de foco y mal encuadrada; pero no puedo venir y a travez de la fuerza obligar a que contraten gente profesional. Cada cual verá a quien contrata y por qué razones. Si yo como profesional puedo hacer un mejor trabajo, pues debo demostrarlo y ganarme ese puesto.

Conozco muchos camarógrafos que empezaron como choferes, conozco muchos productores de campo que empezaron como conserjes, conozco algunos reporteros y realizadores que empezaron como asistente de edición ¿qué pasaría con esa gente?

Ángel Largo Méndez dijo...

Gracias por sus comentarios.

Mi posición aquí consiste en que la profesionalización del periodista, y recalco, aquel que maneja, produce y redacta y trasnmite a través de sus voz la información, debe estar orientada por un profesional del ramo. Hay muchos otros componentes en el complejo sistema de comunicación de masas que no necesariamente necesitan de un titulo de periodista o comunicador social, aunque si las líneas básicas.

En este punto de la ley, solo en este punto , me aprece acertado la oportunidad de que las personas que trabajan empiricamente en los medios tengan la oportunidad, con el auspicio de su empresa de sacar un título universitario. Eso es desarrollo humano y profesional. Son seis años que le entregaría la ley para este objetivo y el medio estará obligado a entregar las facilidades del caso para la preparación del empleado.

Se que la facultad d ecomunicacion es inherente en todo ser, pero para la albor periodistica no basta con ver, oir y observar. asi como en un hospital el que opera es el doctor, pero esta compuestod e enfermeros, anestesiologos, gente de trabajo administrativo, acá el que redacta y e informa debe ser periodista con el complemento de produción, fotografía, adminsitrativo y logística de profesionales de otras ramas o personas empiricas con las capacidades de hacerlo.

saludos